El 22 de abril del presente año, el migrante haitiano de 26 años se encontraba visitando unos familiares en la calle 15B de Gurabo, con motivo de la semana Santa; cuando al salir de casa de unos amigos, a las 4.30 de la tarde, una camioneta policial frenó prácticamente en sus pies, los policías a bordo se lanzaron sobre él, le golpearon y lo montaron a fuerzas en el vehículo que huyó a toda velocidad.
Los familiares y amigos del joven apresado visitaron todos los cuarteles a que tuvieron acceso en lo que quedaba de la tarde y parte del día siguiente, hasta que decidieron visitar la morgue del Hospital José María Cabral y Báez, donde lo encontraron muerto.
Desde esa fecha se ha estado exigiendo justicia, que sean identificados y sometidos los policías que secuestraron y asesinaron al joven; sin embargo, el ministerio público de la ciudad de Santiago no ha sido capaz de dar con el paradero de los mimos. Al mismo ministerio se han entregados testigos y se ha indicado una cámara de seguridad que tenía grabada las imágenes del vehículo policial, pero ni siquiera se pidieron las imágenes a la actividad comercial dueña del sistema de seguridad.
El ministerio público no desarrollado ningún tipo de acción investigativa que evidencia la intensión de capturar a los policías responsables del hecho. Es lamentable que el organismo responsable de velar por la seguridad de la población solo actúe de manera rápida y eficaz cuando los agraviados son personas de influencia.
CEFASA hace un llamado a las autoridades para que se haga justicia por esta y otras muertes injustas a manos del cuerpo castrense; así mismo, invita a que se priorice la necesidad de un saneamiento del cuerpo del orden.
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